Los nuevos valores se pueden rastrear en poetas como Hesíodo (s. VIII) y Arquíloco (s. VII) y giran alrededor de una nueva, aunque rudimentaria, idea de justicia y de un incipiente ideal ciudadano.La justicia aparece en Hesíodo como la areté distintiva de la naturaleza humana en oposiciónal mundo de los animales, y no restringida a una clase social. Es entendida como protección del débil frente al fuerte, como acorde con la voluntad de Zeus y como conveniente para una vida más próspera.
En Arquíloco aparecen claramente ideales patrióticos. La polis, como comunidad, tieneintereses colectivos. Es comparada con una nave en la que el naufragio haría que todos perecieran. Propugna la necesidad de normas que rijan la convivencia. El ideal aristocrático de la eunomía (respeto al orden jerárquico establecido) es sustituido por el ideal de justicia como protección del débil, como contención del abuso de poder.
Este ideal de justicia es, al mismo tiempo, una actitud política y religiosa. Se comienza a atisbar la idea de que, tanto el orden social humano como en el orden cósmico, son un reflejo del orden divino. Todo obedece a la misma regularidad. Lo divino comienza a ser concebido -en oposición a la ideología religiosa aristocrática- como sometido a regularidad y a racionalidad y no al antojo y arbitrariedad. De este modo, lo humano debe inscribirse dentro de un mundo a su vez ordenado y racional.
El ideal de justicia, de ley, que ha de regir las poleis es entendido como correspondencia isomórfica (igual forma) con la racionalidad cósmica y divina. Cada vez cobra más fuerza el nuevo concepto de polis como comunidad unida -no como mero lugar geográfico y defensivocomo nuevo marco donde se desenvuelve la verdadera areté. La proyección de la nueva experiencia política, con su carga racionalizadora y ordenadora de la vida, en el universo entero y en la naturaleza misma del ser es la clave para entender las raíces profundas de buena parte de la cultura griega.
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