Entre 776 a.c. y 472 a.c. la duración de los juegos se limitaba a un día, a partir de esta última fecha las competiciones se extendieron a lo largo de tres días, aunque la propia sacralidad de los juegos impidió la multiplicación indiscriminada de sus pruebas y, por tanto, la extensión temporal de las competiciones. En total eran cinco días los que duraba el evento:
1. Por la mañana ceremonias, desfiles y actos religiosos; por la tarde las competiciones dejóvenes.
2. Carrera de cuadrigas, precedida por un desfile que marcaba el inicio real de los juegos. Después el resto de las pruebas hípicas. Por la tarde estas pruebas coincidían con las primeras que se celebraban en el estadio: el pentathlon.
3. Dedicado a actos religiosos que culminaban en una procesión en la que participaban jueces, sacerdotes, embajadores, atletas, entrenadores, etc. Sacrificio de 100 toros en el altar de Zeus y parte de la carne era consumida en un multitudinario banquete al anochecer.
4. Pruebas atléticas: por la mañana, las carreras; por la tarde, lucha, boxeo y pankration.
5. Dedicado a la proclamación y coronación de los vencedores. La clausura culminaba con un nuevo banquete sagrado ofrecido a los vencedores y embajadores de las ciudades.
Desde sus inicios los Juegos Olímpicos se celebraron siempre en verano. La fecha variaba de un año a otro pues se calculaba según un complicado calendario lunar y podía oscilar entre mediados de julio y de agosto. Al comenzar el año olímpico tres “heraldos sagrados” recorrían todas las ciudades de Grecia anunciando la próxima celebración de los juegos y el inicio de la “Tregua sagrada”. Los atletas debían presentarse obligatoriamente con un mes de antelación en Elide, la capital de la región; allí los jueces encargados de la organización de las competiciones sometían a todos los participantes a rigurosos controles para comprobar si cumplían los requisitos exigidos: ser hombres libres, hijos legítimos de padres griegos y no estar privados de los derechos de ciudadanía. Se acondicionaba el estadio y, con la participación de los propios atletas, se arrancaba la maleza y la hierba de las pistas y se añadía una capa fresca de arena.
Del mismo modo que ocurría con las demás manifestaciones de la cultura griega clásica, la participación en los festivales atléticos lúdicos o formales era una prerrogativa exclusivamente masculina. En Esparta las mujeres tenían la obligación de seguir un cierto entrenamiento y de participar en competiciones que estaban exclusivamente reservadas para ellas, pero esta costumbre no sólo no era aceptada, sino que incluso era ridiculizada por los demás griegos. Incluso la presencia de las mujeres en los estadios estaba prohibida. La única mujer autorizada a presenciar los Juegos Olímpicos era la sacerdotisa de la Diosa Deméter que, vestida con una túnica blanca, ocupaba un trono reservado en el lado del estadio opuesto al ocupado por los jueces.
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