3 de noviembre de 2010

En busca de antepasados nobles

octavio augusto

Una de las manías más atribuidas a los nuevos ricos es la búsqueda de la legitimación nobiliaria, bien por un milagro del olvidado árbol genealógico o bien comprándola. La clase dominante del Renacimiento ya había buscado legitimidad en la cultura clásica. La clase dominante de la Roma del siglo I buscó la legitimidad del Imperio nada menos que convirtiendo al troyano Eneas en antepasado de Octavio Augusto (léase La Eneida). Los burgueses de fin de siglo no se andaron con chiquitas. En el momento en el que arranca el ancho y profundo movimiento para-deportivo, se busca la legitimidad de los Juegos Olímpicos. El deporte no sólo estaba avalado así por la opinión de los higienistas y la voluntad de los políticos; tenía además el inmenso aval protector de la Historia con mayúscula y de todas las divinidades del Olimpo.
El barón de Coubertin es el nombre más asociado con el sentido positivo del deporte moderno. Coubertin quiso convertir el espíritu olímpico en una religión laica que instaurara entre los hombres el sentido de la solidaridad. "Lo importante no es vencer, sino participar" fue un principio moral que sólo rigió en el terreno del deporte.
Precisamente en el momento en que la sociedad capitalista penetraba en la fase más aguda del capitalismo monopolista, aquella en que las reglas de competencia se convertían en reglas de exterminio del competidor, el barón de Coubertin creaba un lema olímpico en abierta contradicción con el espíritu de la clase dominante. No hay que sorprenderse si el eslogan fue aceptado por los padrinos deportivos, con términos industriales que basaban su gestión empresarial más bien en vencer y no en participar. Pero el lema olímpico contribuía a tranquilizar al hombre masa, condenado a la frustración y las limitaciones. Su vida estaba condicionada por la desigualdad de oportunidades... salvo en el acto de practicar el cross-country o de asistir a un espectáculo deportivo. Lo importante para los dueños de la tierra seguía siendo la propia victoria y que los ciudadanos se conformaran con "participar".

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